Días de reposo

Lastimarse siendo CUALQUIER tipo de atleta nunca es fácil. El estar lesionado en general, no importa a lo que dediques, es difícil, pero lesionarte como atleta profesional es incluso peor. Especialmente, si eres como yo, que te gusta hacer lo que viniste a hacer, te gusta sentirte productivo y, al final del día, quieres hacer tu trabajo. Imagínate que es como un programador de software que padece de artritis, ó como ser un piloto de línea aérea y tener mala visión. Para mí, esta lesión llegó en un momento absolutamente horrible, pero como dicen … siempre podría ser peor. Sufrí una fractura por estrés en mi pie izquierdo en mi segundo entrenamiento después de regresar de las vacaciones Decembrinas, y el último día del 2019. Aproximadamente una semana antes del campamento sub-20 al que me habían convocado que por cierto, me había costado mucho trabajo convencer al Porto de que me liberara. Originalmente, los médicos no sabían exactamente el grado de mi lesión, ya que la fractura era relativamente pequeña, pero después de obtener una radiografía, determinaron que en realidad estaba fracturado y que realmente necesitaría cirugía. Fue un gran golpe emocional para mí porque tenía muchas ganas de ir al campamento para mostrarme con el nuevo entrenador tal y como lo había hecho hace un par de meses. Sin embargo, soy una persona bastante positiva, así que lo quise ver así del lado positivo. Mi compañero de cuarto Búlgaro había sufrido casi exactamente la misma lesión que yo y lo habían dejado ir a casa durante dos semanas … así que eso era lo que esperaba también. 

Al final del día, resulta que debido a que mi fractura fue menor, tengo un menor tiempo de recuperación, por lo que volver a casa solo retrasaría mi recuperación por la cantidad de tiempo que estuve ahí. Obviamente, también es más fácil volver a casa porque me toma un poco de viaje volver a Dallas. De todos modos, la cirugía salió bien y ahora llevo 2 semanas y mi pie se está recuperando bien, pero ha sido difícil ver a mis compañeros entrenar y siempre te da una nuevo aprecio por el juego que amas. A veces no te das cuenta de cuánto realmente amas algo hasta que lo pierdes, incluso por tan solo un momento. Mi familia, más que nada, me ha ayudado a mantener una actitud positiva porque ha sido duro mentalmente, y algunos de mis mejores amigos también han estado allí para ayudarme, animándome. En general, las lesiones son parte del juego. Este no fue la primera, y aunque me gustaría que fuera, probablemente tampoco será la última. Para cualquier persona en una situación como la mía, lo mejor que se puede hacer es aceptar la situación en la que se encuentra actualmente y aprovecharla al máximo. Fortalece otras partes de ti mismo y mantente positivo durante el proceso. Mantén la cabeza baja y el tiempo comenzará a pasar volando. Todo tiene su motivo de ser.